Examine This Report on poder de la palabra
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Además, nuestras palabras tienen el poder de dar vida o de robarla. En Proverbios thirteen:3 se nos dice: «El que guarda su boca, guarda su vida; pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre».
Descubriendo nuestra Esencia Divina es una herramienta valiosa que nos permite enfocar nuestro propósito en…
Como cristianos, debemos ser conscientes del poder que tenemos en nuestras palabras y utilizarlas de manera sabia y considerada.
“Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielosY todo el ejército de ellos por el aliento de su boca”
Debemos recordar que nuestras palabras tienen el potencial de traer vida y esperanza a aquellos que nos rodean. Debemos ser portadores de palabras de aliento y consuelo, de palabras que sanen las heridas y restauren la fe.
Por eso, es fundamental que cuidemos nuestras palabras y las sometamos al Handle del Espíritu Santo.
La Palabra de Dios como fuente de autoridad: En el relato bíblico se nos enseña que por su palabra fueron creadas todas las cosas, lo cual click here resalta la autoridad suprema de Dios sobre toda la creación.
Es importante recordar que nuestras palabras tienen un gran poder y pueden tener un impacto significativo en las personas que nos rodean. La Biblia nos enseña que nuestras palabras pueden ser tanto una bendición como una maldición, y que debemos ser conscientes de cómo las usamos.
Vamos a ver cómo se puede utilizar el poder de la palabra para que se ponga de nuestro lado, para hacer daño o simplemente conseguir algo de nuestro interlocutor, aunque sea hacerle feliz.
Atacando a los demás, pensando que la validez de su mensaje les confiere el resguardo ethical necesario para sesgar las vidas de quienes se oponen o permanecen indiferente al mismo.
En Efesios 4:29, se nos exhorta a que nuestras palabras sean «buenas para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes». Esto significa que debemos elegir nuestras palabras con sabiduría y utilizarlas para construir y fortalecer a los demás.
Nuestras palabras pueden ser una fuente de aliento para los demás. En Efesios 4:29, se nos insta a hablar palabras que edifiquen y sean beneficiosas para los demás.
Nuestras palabras no solo tienen un impacto en nuestras relaciones con los demás, sino también en nuestra relación con Dios. La forma en que hablamos puede ser un testimonio de nuestra fe y de nuestra relación con Dios.
Esto significa que debemos utilizar nuestras palabras para construir y fortalecer a los demás, para brindar consuelo y aliento en los momentos de dificultad.